La prensa de los Estados Unidos ya no habla de Nicaragua y Venezuela especialmente en lo que a política y oposición política se refiere. Nadie me lo ha dicho, no lo he leído en ningún lugar, pero sí lo he notado y como sociólogo que me considero (graduado en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras con estudios en Sociología, Ciencias Políticas, Administración Pública, y otros) tengo la capacidad y la malicia política para entender o interpretar los procesos en la materia y áreas mencionadas. Si bien mi análisis puede ser correcto, incorrecto o ambos, no deja de ser una teoría interesante de la que profesionales e intelectuales más capacitados que yo se puedan interesar en profundizar e insertar en la discusión actual.
Hasta hace algunas semanas se leía con frecuencia en la prensa de los EEUU noticias sobre como el “régimen” de Daniel Ortega descalificaba, inhabilitaba, y hasta encarcelaba a sus principales oponentes políticos. Algunos fueron enjuiciados, sentenciados y encarcelados o exiliados. Entre ellos el Obispo de la Iglesia Católica de ese país Rolando Álvarez. Pero hay siete (7) oponentes políticos que son candidatos presidenciales para las elecciones generales de siete partidos políticos diferentes (¿Siete? ¿Pero si es una dictadura, como puede haber siete partidos políticos opuestos?). Ellos son: Noel José Vidaurre Argüello, Medardo Mairena Sequeira, Miguel Mora Barberena, Juan Sebastián Chamorro, Cristiana Chamorro, Arturo Cruz y Félix Maradiaga.
A todos estos conocidos políticos Daniel Ortega los inhabilitó y sus respectivos partidos políticos se vieron obligados a nombrar otros candidatos menos reconocidos. Así Ortega aseguró su reelección.
En Venezuela en los últimos más de veinte (20) años Hugo Chávez y Nicolás Maduro se han encargado de hacer lo mismo.
La oposición venezolana se ha distinguido internacionalmente por hacer una buena oposición. Por eso muchos de sus líderes también han sido perseguidos e inhabilitados y en el caso de Venezuela, el “dictador” Nicolás Maduro ha sabido fragmentar muy bien a los diferentes partidos de oposición convirtiéndolos en minorías dentro de minorías (Esto es una estrategia política muy utilizada por los gobiernos, Divide y Vencerás).
Actualmente los reconocidos opositores venezolanos Leopoldo López, Henrique Capriles, Juan Guaidó y más recientemente María Corina Machado, se encuentran inhabilitados o exiliados y sus respectivos partidos políticos se ven obligados a nombrar como oponentes a otros líderes de menor carisma. También así el “dictador” Nicolás Maduro asegura su reelección.
Vamos a lo que vinimos.
¿Y qué pasa en Estados Unidos? Pues que sus políticos son maestros en usar el eufemismo con gran éxito y lograr así aceptación de su pueblo por las mismas situaciones que ellos no aceptan de otros pueblos.
Siguiendo la misma línea de redacción yo me pregunto: ¿Cómo puede el Partido Demócrata asegurar su reelección para las próximas elecciones presidenciales? Mi respuesta también sigue la misma línea: Pues inhabilitando a su único oponente (¿Único? ¿Un solo partido de oposición en una democracia?) [Nota del Autor: Me consta que no hay solo dos partidos políticos en EEUU pero en la realidad de los acontecimientos sí son solo dos porque los otros partidos son solo eufemismo].
Cada año electoral en Estados Unidos se hace evidente de como se distancian más el Partido Demócrata y el Partido Republicano. Ambos han dejado de ser partidos pragmáticos para convertirse en partidos ideológicos. Esta situación peligrosa para todos ya no la detiene nadie. Los Estados Unidos de Norte América es un país bulímico, se auto destruye y no acepta sugerencias. Tampoco acepta comparaciones. Por esa razón ya no se escucha ni se lee noticias de Nicaragua o Venezuela, para que el propio pueblo norteamericano no asocie ni compare lo que pasa allá con lo que pasa aquí. Ahora solo se habla del malvado Vladimir Putin agrediendo al inocente Volodimir Zelensky para que miremos hacia otro lado y recordarnos que siempre hay uno peor que ellos.
Angel Vargas
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